jueves, 7 de diciembre de 2006

Una nota para reflexionar....

Esta es una nota publicada en el diario Clarin del 25/10/2006

EDUCACION : UN FENOMENO QUE SE DA EN TODO EL PAIS Preocupación en las aulas: crece el "síndrome del maestro quemado"

Actualmente hay unos 700 docentes porteños de licencia por esta enfermedad, un cuadro de agotamiento conocido como "burnout". Afecta sobre todo a maestros primarios, con muchos alumnos por clase.

Trabajan con desgano, fatigados, deprimidos y desmotivados. Están agotados, física y mentalmente. Y se sienten frustrados. En las escuelas de Capital, provincia de Buenos Aires y de varias ciudades del país crece el síndrome del "maestro quemado", también conocido como "burnout", que los especialistas interpretan como "trabajar sin fuego, sin pasión".Son, en general, docentes con un gran nivel de autoexigencia que se ven superados por los problemas cotidianos del aula (bajos sueldos, malas condiciones edilicias de las escuelas, escasa valoración de la tarea, acumulación de tarea administrativa y extensión de la jornada laboral, entre otros) a lo que se suman los frecuentes y agotadores episodios de violencia escolar.El 22% de los docentes porteños de todos los niveles que actualmente —esta época es considerada "pico" por la proximidad de fin de año— están con licencia por psiquiatría sufren este síndrome, según los datos del Departamento de Medicina del Trabajo del Gobierno de la Ciudad. Son casi 700 casos. Hace tres años, apenas el 12% de licencias por psiquiatría se debían a este problema. "La incidencia viene subiendo: en 2004 los casos de 'burnout' eran el 13,5%; y en 2005, el 19%, siempre considerando los 'picos' del año", detalla Jorge Stolbizer, director del área.En lo que va del año, la Dirección de Educación bonaerense ya acumula casi 40.000 licencias médicas de docentes de todos los niveles con cansancio emocional, fatiga y sensación de estar sobrepasados de responsabilidades. Adrián Galo, director de Licencias Médicas de ese organismo, también admite que el problema se agudizó en los últimos años y que "hace falta trabajar más en la prevención". El síndrome se repite en otros lugares del país. En Córdoba, por ejemplo, un informe de la Universidad Nacional de Córdoba afirma que uno de cada cinco docentes de escuelas primarias y secundarias padece de estrés laboral y su consecuente "burnout". El 34% de los docentes rosarinos también sufre las consecuencias de esta fatiga crónica: el 46% está angustiado, el 44% tiene dificultades para concentrarse y el 31% tiene insomnio, entre otros datos de una reciente investigación de la Unesco sobre la realidad de los maestros realizada en Argentina (la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Rosario estudió ocho escuelas públicas de Rosario), Chile, Uruguay, Ecuador, México y Perú.El de los maestros es uno de los gremios más vulnerables al "síndrome del quemado", término que en Argentina se empezó a usar hace unos años. También afecta a las profesiones de fuerte atracción vocacional, que están en permanente contacto con los demás (como médicos, enfermeras, policías) agobiados por las demandas del público y con una rígida supervisión jerárquica.Es un síndrome que afecta a los maestros de entre 31 y 50 años, con mayor incidencia —aporta Stolbizer— en "los que tienen más de 45 años, de escuelas primarias, con un promedio de 38 alumnos por aula". "Son los que aparecen como los mejores. Pero ser el mejor docente tiene su precio y éste es uno de ellos. En la escuela tienen un desempeño brillante: el deterioro se ve en sus casas, con sus hijos y sus familias. No disfrutan su tiempo libre, tienen dificultades en su vida sexual, se descuidan estéticamente y, en muchos casos, llegan a la obesidad", señala Deolidia Martínez, del Instituto Marina Vilte de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA).El asesor médico del gremio de los docentes privados (SADOP), Rodolfo Cattaneo, completa el panorama: "El 'burnout' puede estar acompañado de una fuerte irritabilidad, insomnio, problemas gastrointestinales, dolores musculares, cefalea, arritmias cardíacas. Son algunas de las causas que originan el estrés y abren el camino sin retorno hacia el 'burnout'. En los casos más avanzados, los docentes abandonan la profesión".

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ma que burnout ni que Sarmiento muerto!!! por que no hablan mejor del vag-out, el chant-out y el pirad-out? SI hay unos cuantos que ya no saben que inventar para no hacer nada, y faltan hasta por el dia del destapacaños. Es otro verso mas... o tal vez la sintesis de todos los verso.

Anónimo dijo...

Interesante el articulo pero pienso que es dificil trabajar con ganas y motivacion cuando se ve actualmente que mucha gente entra a la docencia mas por cuestiones economicas y estabilidad laboral (relativamente hablando) que por pura vocacion de enseñar.
Lo triste es que los que tenian vocacion la terminaron perdiendo. o terminan con severos problemas siquiatricos (como Olga Zoya con un severo caso de tafaldechagar CRONICO)